05/02/2024
Hola a todo el mundo ¿Qué tal estáis? Espero que bien, yo por mi parte os traigo una publicación que espero que os resulte interesante.
¿Te ha pasado alguna vez que tu perro se niega a que le cortes las uñas, que tu gato se esconde cuando le toca ir al veterinario o que tu conejo se asusta con cualquier ruido?
Seguro que sí, y es que a las mascotas, como a las personas, hay situaciones que no les gustan y que preferirían evitar.
Sin embargo, hay situaciones que son inevitables o necesarias para su salud y bienestar, y que tenemos que enseñarles a aceptar de la mejor manera posible.
En este artículo te explico por qué es importante que tu mascota aprenda a tolerar lo que no le gusta, qué técnicas puedes usar para conseguirlo y qué claves debes tener en cuenta para mantener la mente abierta de tu compañero peludo.
Lo que le permitirá adaptarse más fácilmente, aunque no le guste la situación.
INDICE
- Introducción
- Técnicas
- Condicionamiento clásico
- Condicionamiento operante
- Desensibilización y contracondicionamiento
- Conclusión
POR QUÉ ENSEÑARLES A ACEPTAR COSAS QUE NO LES GUSTAN
Los animales, al igual que las personas, tienen sus propias preferencias, gustos y disgustos.
Algunas situaciones o actividades les resultan agradables, como jugar, comer o recibir caricias, y otras les resultan desagradables, como el ruido, el dolor o el estrés.
Estas preferencias están determinadas por factores genéticos, ambientales y de aprendizaje, y pueden variar de un individuo a otro, incluso dentro de la misma especie.
Sin embargo, no siempre podemos evitar que nuestra mascota se enfrente a cosas que no le gustan, ya sea por su propio bien o por el nuestro.
Por ejemplo, es necesario que le cortemos las uñas, que le cepillemos los dientes, que le pongamos el collar o el arnés, que le llevemos al veterinario, que le demos una medicina, que le bañemos o que le presentemos a otros animales o personas.

Todas estas situaciones pueden generar rechazo, miedo, ansiedad o agresividad en nuestra mascota, lo que dificulta su manejo y puede poner en riesgo su salud o la nuestra.
Por eso, es importante que desde cachorros les enseñemos a aceptar lo que no les gusta, de forma gradual, positiva y respetuosa.
Así, conseguiremos que nuestra mascota sea más adaptable, confiada y feliz, y que nuestra relación con ella sea más armoniosa y satisfactoria.
TÉCNICAS PARA QUE ACEPTEN LO QUE NO LES GUSTA
Existen diferentes técnicas para enseñar a las mascotas que acepten lo que no les gusta, pero todas ellas se basan en los principios de la etología y el bienestar animal.
La etología es la ciencia que estudia el comportamiento de los animales, y el bienestar animal es el estado en el que el animal tiene cubiertas sus necesidades físicas, psicológicas y sociales.
Estos principios nos ayudan a entender mejor a nuestra mascota, a respetar sus señales de comunicación y a proporcionarle un ambiente adecuado para su desarrollo.
- Condicionamiento clásico
El acondicionamiento clásico es un tipo de aprendizaje en el que se asocia un estímulo neutro con otro que provoca una respuesta.
Por ejemplo, si cada vez que le damos un premio a nuestro perro hacemos sonar un silbato, el perro acabará asociando el silbato con el premio y responderá de forma positiva al oírlo.
De esta forma, podemos usar el acondicionamiento clásico para que nuestra mascota asocie algo que no le gusta con algo que sí le gusta, y así reducir su aversión.
Un ejemplo de aplicación del acondicionamiento clásico es el siguiente: si queremos que nuestro gato acepte que le cortemos las uñas.
Podemos empezar por acariciarle las patas mientras le damos un premio que le encante, como un trozo de atún.
Repetimos este proceso varias veces al día, hasta que el gato se sienta cómodo y relajado con nuestras caricias.
Luego, podemos pasar a tocarle las uñas con suavidad, siempre acompañado del premio.
Después, podemos intentar sacarle una uña con cuidado, y darle el premio.
Finalmente, podemos cortarle una uña, y darle el premio.
Así, poco a poco, iremos aumentando la dificultad, siempre respetando el ritmo y el estado de ánimo de nuestro gato, y recompensando sus progresos.
- Condicionamiento operante
El acondicionamiento operante es otro tipo de aprendizaje en el que se refuerza o se castiga una conducta para aumentar o disminuir su frecuencia.
Evidentemente aquí la palabra castigo desde el punto de vista del veterinario etólogo, no se refiere a realizar acciones de castigo, puesto que puede generar respuestas negativas asociadas a dolor, estrés o miedo y perjudica el vinculo con nuestras mascotas.
El castigo en estas condiciones se refiere a retirar un estimulo.
Por ejemplo, si cada vez que nuestro perro se sienta le damos un premio, el perro aprenderá que sentarse es una conducta que le reporta beneficios, y la repetirá más a menudo.
El acondicionamiento operante se puede usar para enseñar a las mascotas que acepten lo que no les gusta, pero siempre usando el refuerzo positivo y el castigo negativo.
El refuerzo positivo consiste en dar una recompensa a la mascota cuando hace algo que queremos, como un premio, una caricia o un elogio.
El castigo negativo consiste en quitar algo que la mascota quiere para que deje de hacer algo, como retirarle la atención para que deje de subirse encima nuestro.
No se recomendara el uso del refuerzo negativo si produce daños o molestias al animal.
Como es el caso del caso de que cuando el perro tira de la correa se le de un tirón o un golpe, por lo que ya se ha explicado antes.
Del mismo modo, tampoco se recomienda el uso del castigo positivo, es decir retirar un estimulo para que el animal aprenda algo si este es negativo.
Como es el caso de cuando presionamos la grupa de un perro impidiendo que se mueva en otras direcciones hasta que se sienta.
Un ejemplo de aplicación del acondicionamiento operante es el siguiente:
Si queremos que nuestro conejo acepte que le pongamos el arnés, podemos empezar por dejar que lo huela y lo explore, y darle un premio cuando lo haga.
Luego, podemos ponerle el arnés sin abrocharlo, y darle otro premio. Después, podemos abrocharle el arnés, y darle otro premio.
Finalmente, podemos dejarle el arnés puesto unos minutos, y darle otro premio.
Así, iremos reforzando las conductas que nos interesan, y evitando las que no, siempre con paciencia y respeto.
- Desensibilización y contracondicionamiento
La desensibilización y el contracondicionamiento son técnicas que se usan para modificar las respuestas emocionales de las mascotas ante estímulos que les provocan miedo, ansiedad o agresividad.
La desensibilización consiste en exponer a la mascota al estímulo que le causa el problema de forma gradual y controlada.
Empezando por niveles bajos de intensidad y aumentando progresivamente, siempre que la mascota se muestre tranquila y relajada.
El contracondicionamiento consiste en cambiar la asociación negativa que la mascota tiene con el estímulo por una positiva, usando el refuerzo positivo.
Un ejemplo de aplicación de la desensibilización y el contracondicionamiento es el siguiente:
Si queremos que nuestro perro acepte que le bañemos, podemos empezar por acostumbrarle al sonido del agua, poniendo un grifo abierto a cierta distancia y dándole un premio cuando se muestre tranquilo y curioso.
Luego, podemos acercarle al grifo, y darle otro premio. Después, podemos mojarle una pata, y darle otro premio.
Finalmente, podemos mojarle todo el cuerpo, y darle otro premio. Así, iremos aumentando la exposición al estímulo que le causa el problema, y cambiando su asociación negativa por una positiva, siempre que el perro se sienta cómodo y seguro.
Tambien puede resultar útil ponerle algo de comida húmeda en pate mientras hacemos el proceso lentamente. Esto puede ser una buena opción si nos encontramos solos haciendo el proceso. De otra manera puede terminar la situación un poco mal.

CLAVES PARA MANTENER LA MENTE ABIERTA DE TU MASCOTA
Además de usar las técnicas que te hemos explicado, hay algunas claves que debes tener en cuenta para mantener la mente abierta de tu mascota y facilitar su adaptación a lo que no le gusta.
Estas son algunas de ellas:
- Conoce a tu mascota: cada animal es único y tiene su propia personalidad, historia y necesidades.
Por eso, es importante que observes a tu mascota, que sepas qué le gusta y qué no, qué le motiva y qué le asusta, qué le relaja y qué le estresa.
Así, podrás adaptar tu forma de enseñarle y de interactuar con él, y evitar situaciones que le puedan hacer daño o incomodar.
- Respeta su ritmo: no pretendas que tu mascota aprenda a aceptar lo que no le gusta de la noche a la mañana.
El aprendizaje es un proceso que requiere tiempo, paciencia y constancia.
Respeta el ritmo de tu mascota, y no le fuerces ni le presiones a hacer algo que no quiere o que no está preparado.
Si lo haces, solo conseguirás que se sienta más asustado, frustrado o agresivo, y que pierda la confianza en ti.
- Sé positivo: usa el refuerzo positivo para premiar los avances de tu mascota, por pequeños que sean.
No le castigues ni le regañes si se equivoca o si no hace lo que esperas. Sé comprensivo, cariñoso y alentador con tu mascota, y hazle ver que estás orgulloso de él y que le quieres.
Así, reforzarás el vínculo con tu mascota, y le ayudarás a sentirse más seguro y feliz.
- Sé creativo:o te limites a enseñar a tu mascota de forma rutinaria o aburrida.
Busca formas de hacerlo más divertido y estimulante, tanto para ti como para él.
Por ejemplo, puedes usar juguetes, música, aromas o masajes para relajar a tu mascota, o puedes hacer juegos, trucos o retos para motivarla.
Lo importante es que tu mascota disfrute del aprendizaje y que lo asocie con algo positivo.
- Sé flexible: no te obsesiones con que tu mascota acepte lo que no le gusta a toda costa.
A veces, hay cosas que simplemente no le van a gustar, y que no podemos cambiar.
En esos casos, lo mejor es aceptar la realidad, y buscar alternativas o soluciones que se adapten a las necesidades y preferencias de nuestra mascota.
O buscar la ayuda profesional para saber si hay algo que no habías pensado o si no se ocurre la manera de enseñarle algo concreto que piensas que le puede dar miedo.
CONCLUSIÓN
Enseñar a las mascotas que acepten lo que no les gusta es una tarea que requiere conocimiento, habilidad y sensibilidad.
No se trata de imponer nuestra voluntad sobre la de nuestra mascota, sino de ayudarle a adaptarse a las situaciones que son inevitables o necesarias para su salud y bienestar.
Así, conseguiremos que nuestra mascota sea más adaptable, confiada y feliz, y que nuestra relación con ella sea más armoniosa y satisfactoria.
¡Gracias a todos por llegar hasta aquí! Espero que te haya resultado interesante.
Cualquier duda, sugerencia o pregunta, escríbeme en comentarios. Recuerda que si necesitas mi ayuda ¡puedes contar conmigo!
Sin más, ¡hasta la próxima! 😊